¡10 Recetas con Alcachofas para Chuparse los Dedos!
¿Ves esas alcachofas en el supermercado y pasas de largo porque no sabes muy bien qué hacer con ellas? ¡Se acabó! Hoy vamos a desmitificar esta flor comestible tan increíble y a darte un montón de ideas para que te enamores de su sabor único. Prepárate para descubrir las mejores recetas con alcachofas, desde las más clásicas hasta algunas que te sorprenderán, todas ellas fáciles, deliciosas y perfectas para cualquier ocasión. ¡Es hora de que la alcachofa se convierta en la estrella de tu cocina!
La Alcachofa: Un Súper Alimento Disfrazado de Flor
Más allá de su delicioso sabor, la alcachofa es una auténtica joya nutricional. No es solo comida, ¡es casi una medicina natural! Durante siglos, se ha utilizado en la medicina tradicional para tratar diversos males, y la ciencia moderna ha confirmado muchos de sus beneficios. Son especialmente famosas por su capacidad para cuidar de nuestro hígado y mejorar la digestión.
El secreto está en un compuesto llamado cinarina, que estimula la producción de bilis. Esto no solo ayuda a digerir las grasas, sino que también tiene un efecto protector y regenerador sobre las células del hígado. Además, son una fuente increíble de fibra, especialmente de inulina, un prebiótico que alimenta a las bacterias buenas de nuestro intestino.
Un estudio publicado en el Journal of Alternative and Complementary Medicine concluyó que el extracto de hoja de alcachofa puede ser muy beneficioso para personas con síndrome del intestino irritable, reduciendo significativamente sus síntomas.
Para que te hagas una idea de lo que esconde esta maravilla verde, aquí tienes un vistazo a su perfil nutricional:
| Nutriente (por 100g cocida) | Cantidad Aproximada | Beneficio Principal |
|---|---|---|
| Fibra | ~10 g | Mejora la digestión, sacia. |
| Calorías | ~53 kcal | Muy baja en calorías, ideal para dietas. |
| Vitamina C | ~12% de la CDR | Potente antioxidante. |
| Vitamina K | ~18% de la CDR | Esencial para la coagulación y los huesos. |
| Folato (B9) | ~22% de la CDR | Crucial para el crecimiento celular. |
| Magnesio y Potasio | Altos niveles | Apoyan la función muscular y nerviosa. |
Así que la próxima vez que comas alcachofas, recuerda que no solo estás disfrutando de un manjar, sino que le estás haciendo un gran favor a tu cuerpo. ¡Ahora sí, vamos a cocinar!
1. Alcachofas a la Plancha con Ajo y Perejil

Empezamos con un clásico que nunca falla. Esta es quizás la forma más pura y deliciosa de disfrutar del sabor de la alcachofa. Es una receta increíblemente sencilla que resalta el producto sin enmascararlo, perfecta como entrante o guarnición. El toque del ajo y el perejil al final es simplemente mágico.
Ingredientes:
- 4 alcachofas grandes y frescas
- 2-3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 2 dientes de ajo, picados muy finos
- Un manojo de perejil fresco, picado
- Sal gruesa (en escamas si es posible)
- El zumo de medio limón
Instrucciones:
- Lo primero es preparar las alcachofas. Quita las hojas exteriores más duras hasta llegar a las más tiernas y de color verde pálido. Córtales la punta (aproximadamente 2-3 cm) y el tallo, dejando solo un par de centímetros. Pela el tallo restante.
- Córtalas por la mitad a lo largo. Con una cucharita, retira la “barba” o “pelusa” que tienen en el centro, justo encima del corazón. Este paso es importante para que no sea desagradable al comer.
- A medida que las limpias, sumérgelas en un bol con agua fría y el zumo de limón. Esto evitará que se oxiden y se pongan negras.
- Pon una olla grande con agua y sal a hervir. Cuece las mitades de alcachofa durante 10-15 minutos, hasta que al pincharlas con un cuchillo en la base estén tiernas pero aún firmes. Escúrrelas muy bien, boca abajo, sobre papel de cocina.
- Calienta una plancha o sartén grande a fuego medio-alto con el aceite de oliva. Coloca las alcachofas con el lado cortado hacia abajo y cocínalas durante 4-5 minutos, hasta que estén bien doradas y caramelizadas. Dales la vuelta y cocina 2-3 minutos más por el otro lado.
- Justo antes de retirarlas del fuego, esparce el ajo picado y el perejil por encima. Saltea todo junto durante 30 segundos, con cuidado de que el ajo no se queme.
- Sírvelas inmediatamente, espolvoreadas con un poco de sal en escamas.
Pro Tip: Para un extra de sabor, mientras se hacen a la plancha, puedes presionar las alcachofas suavemente con una espátula. Esto ayuda a que más superficie entre en contacto con el calor, creando más zonas doradas y crujientes.
2. Corazones de Alcachofa Crujientes (en Freidora de Aire u Horno)

Esta receta es adictiva. Transforma los tiernos corazones de alcachofa en bocados crujientes por fuera y suaves por dentro, perfectos para dipear. Son un aperitivo fantástico o una guarnición original que sorprenderá a todos. ¡Y son mucho más saludables que cualquier frito!
Ingredientes:
- 1 lata o bote de corazones de alcachofa en conserva (unos 400g), escurridos
- 1 cucharada de aceite de oliva
- 2 cucharadas de queso parmesano rallado
- 1 cucharadita de ajo en polvo
- 1/2 cucharadita de pimentón dulce
- Sal y pimienta negra al gusto
- Para la salsa: 1/2 taza de yogur griego, 1 cucharada de zumo de limón, hierbas frescas picadas (cebollino, eneldo…).
Instrucciones:
- Escurre muy bien los corazones de alcachofa. Sécalos con cuidado con papel de cocina, presionando suavemente para quitar toda la humedad posible. Este paso es clave para que queden crujientes.
- Corta los corazones de alcachofa por la mitad o en cuartos, dependiendo de su tamaño.
- En un bol, mezcla los trozos de alcachofa con el aceite de oliva, el queso parmesano, el ajo en polvo, el pimentón, la sal y la pimienta. Remueve con cuidado hasta que estén bien cubiertos.
- En freidora de aire: Precalienta a 200°C (400°F). Coloca las alcachofas en la cesta en una sola capa y cocina durante 10-12 minutos, agitando la cesta a mitad del tiempo, hasta que estén doradas y crujientes.
- En horno: Precalienta el horno a 220°C (425°F). Extiende las alcachofas en una bandeja para hornear forrada con papel de horno. Hornea durante 15-20 minutos, dándoles la vuelta a la mitad, hasta que estén doradas.
- Mientras se cocinan, prepara la salsa mezclando todos sus ingredientes en un bol pequeño. Sirve las alcachofas calientes junto a la salsa para dipear.
Pro Tip: Si usas alcachofas en aceite, escúrrelas bien pero aprovecha ese aceite ya saborizado para mezclarlas en lugar de usar aceite de oliva nuevo. ¡Aportará un sabor extra delicioso!
3. Crema de Alcachofas Suave y Aterciopelada

Cuando buscas algo reconfortante y elegante, esta crema es la respuesta. Es suave, tiene un sabor delicado y es sorprendentemente fácil de preparar. Perfecta como primer plato en una cena especial o como una comida ligera pero satisfactoria. La patata le da una cremosidad natural sin necesidad de añadir mucha nata.
Ingredientes:
- 6-8 alcachofas frescas
- 1 puerro grande (solo la parte blanca), en rodajas
- 1 patata mediana, pelada y en cubos
- 1 diente de ajo
- 4 tazas (1 litro) de caldo de verduras
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- Un chorrito de nata para cocinar o leche evaporada (opcional)
- Sal y pimienta blanca al gusto
- Picatostes o semillas para decorar
Instrucciones:
- Limpia las alcachofas como en la primera receta (quitando hojas duras, puntas y pelusa). Usa solo los corazones y la parte más tierna de las hojas interiores. Córtalos en trozos.
- En una olla grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Sofríe el puerro en rodajas durante unos 5-7 minutos, hasta que esté tierno y translúcido. Añade el ajo picado y cocina un minuto más.
- Incorpora los trozos de alcachofa y la patata en cubos. Remueve y cocina todo junto durante unos 5 minutos.
- Vierte el caldo de verduras, lleva a ebullición y luego baja el fuego. Tapa la olla y deja que hierva a fuego lento durante 20-25 minutos, o hasta que las alcachofas y las patatas estén muy tiernas.
- Retira la olla del fuego. Con una batidora de mano (o pasando la mezcla a una batidora de vaso con cuidado), tritura la sopa hasta obtener una crema fina y homogénea. Si usas una batidora de vaso, hazlo en tandas y deja una abertura para que escape el vapor.
- Pasa la crema por un colador fino o un chino para eliminar cualquier fibra restante y conseguir una textura extra sedosa. Este paso es opcional, pero muy recomendable.
- Devuelve la crema a la olla. Si quieres, añade un chorrito de nata o leche evaporada para más cremosidad. Calienta suavemente, ajusta de sal y pimienta blanca.
- Sirve la crema caliente, decorada con picatostes, un chorrito de aceite de oliva o unas semillas tostadas.
Pro Tip: Para un sabor más profundo, puedes asar las alcachofas en el horno durante 20 minutos antes de añadirlas a la olla. ¡La caramelización de las verduras potenciará el resultado final!
4. Alcachofas Rellenas de Quinoa y Verduras

Esta receta es una comida completa en sí misma. Es nutritiva, saciante y visualmente muy atractiva. El relleno de quinoa, verduras y queso convierte a las alcachofas en un plato principal vegetariano espectacular que gustará a todo el mundo.
Ingredientes:
- 4 alcachofas muy grandes
- 1 taza de quinoa cocida
- 1/2 cebolla pequeña, picada fina
- 1 zanahoria pequeña, en cubitos muy pequeños
- 1/2 taza de champiñones, picados
- 1/2 taza de queso rallado (tipo manchego o mozzarella)
- 2 cucharadas de pan rallado
- 1 cucharada de piñones tostados (opcional)
- Aceite de oliva, sal y pimienta
Instrucciones:
- Limpia las alcachofas cortando el tallo a ras para que se puedan mantener de pie. Corta la punta superior y, con unas tijeras, recorta las puntas de las hojas exteriores.
- Abre las hojas del centro con los dedos y, con una cuchara, vacía la pelusa interior para crear un hueco para el relleno. Rocíalas con zumo de limón para que no se ennegrezcan.
- Cuécelas en agua con sal durante 20-25 minutos, hasta que estén tiernas. Escúrrelas boca abajo.
- Mientras, prepara el relleno. En una sartén con un poco de aceite, sofríe la cebolla y la zanahoria hasta que estén tiernas. Añade los champiñones y cocina hasta que suelten el agua.
- En un bol, mezcla el sofrito de verduras con la quinoa cocida, la mitad del queso, los piñones, sal y pimienta.
- Precalienta el horno a 190°C (375°F).
- Rellena generosamente cada alcachofa con la mezcla de quinoa. Colócalas en una fuente para horno.
- Mezcla el resto del queso con el pan rallado y espolvorea esta mezcla sobre las alcachofas rellenas. Rocía con un hilito de aceite de oliva.
- Hornea durante 15-20 minutos, hasta que el relleno esté caliente y la parte superior dorada y crujiente.
Pro Tip: Puedes añadir otras verduras al relleno, como pimiento rojo o calabacín. ¡Sé creativo y aprovecha lo que tengas en la nevera!
5. Dip Caliente de Alcachofas y Espinacas

Este es el aperitivo definitivo. Un clásico americano que es cremoso, lleno de queso y absolutamente irresistible. Sírvelo caliente con totopos, crackers o palitos de pan, y verás cómo desaparece en minutos. ¡Es perfecto para reuniones con amigos!
Ingredientes:
- 1 lata de corazones de alcachofa (unos 400g), escurridos y picados
- 200g de espinacas frescas (o 150g de congeladas, descongeladas y escurridas)
- 200g de queso crema, a temperatura ambiente
- 1/2 taza de mayonesa
- 1/2 taza de queso parmesano rallado
- 1 taza de queso mozzarella rallado
- 1-2 dientes de ajo, picados muy finos
- Una pizca de pimienta negra
Instrucciones:
- Precalienta el horno a 180°C (360°F).
- Si usas espinacas frescas, saltéalas en una sartén sin aceite hasta que se marchiten. Si usas congeladas, asegúrate de escurrirles todo el líquido apretándolas con las manos. Pica las espinacas.
- En un bol grande, mezcla el queso crema (que debe estar blando), la mayonesa, el queso parmesano, la mitad de la mozzarella, el ajo picado y la pimienta negra. Bate hasta que esté bien combinado.
- Añade los corazones de alcachofa picados y las espinacas escurridas a la mezcla de quesos. Remueve bien para que todo se integre.
- Vierte la mezcla en una fuente para horno pequeña o en un plato resistente al calor.
- Cubre la parte superior con el resto del queso mozzarella.
- Hornea durante 20-25 minutos, o hasta que el dip esté caliente y burbujeante y el queso de la superficie esté dorado.
- Deja reposar 5 minutos antes de servir, ¡estará muy caliente!
Pro Tip: Para un toque picante, añade unas gotas de tu salsa picante favorita o una pizca de cayena en polvo a la mezcla.
6. Arroz Meloso con Alcachofas y Pollo

Un plato único reconfortante y lleno de sabor mediterráneo. Las alcachofas se deshacen ligeramente en el arroz, impregnándolo de su sabor característico. Es una receta perfecta para una comida de fin de semana en familia.
Ingredientes:
- 2 pechugas de pollo, en trozos
- 4 alcachofas frescas
- 1 taza y media de arroz de grano redondo (tipo bomba o arborio)
- 1 cebolla pequeña, picada
- 2 dientes de ajo, picados
- 1/2 pimiento rojo, en trocitos
- 1 tomate maduro, rallado
- 5 tazas de caldo de pollo caliente
- Unas hebras de azafrán
- Aceite de oliva, sal y pimienta
Instrucciones:
- Limpia las alcachofas, quédate con los corazones y córtalos en cuartos. Resérvalos en agua con limón.
- En una paellera o cazuela ancha, calienta un buen chorro de aceite. Sazona el pollo con sal y pimienta y dóralo por todos lados. Retíralo y resérvalo.
- En el mismo aceite, sofríe la cebolla y el pimiento hasta que estén blandos. Añade el ajo y cocina un minuto más.
- Incorpora las alcachofas escurridas y sofríelas durante unos 5 minutos. Añade el tomate rallado y cocina hasta que el líquido se evapore.
- Vierte el arroz y sofríelo durante un par de minutos, removiendo para que se impregne de todos los sabores.
- Añade las hebras de azafrán al caldo caliente. Vierte el caldo sobre el arroz, incorpora el pollo dorado, ajusta de sal y remueve una última vez.
- Lleva a ebullición y luego cocina a fuego medio-bajo durante unos 18-20 minutos, sin remover, hasta que el arroz haya absorbido casi todo el caldo pero siga un poco húmedo.
- Apaga el fuego, tapa la cazuela con un paño limpio y deja reposar 5 minutos antes de servir.
Pro Tip: Para un sabor aún más intenso, usa caldo casero. Y si quieres un toque de color y sabor extra, añade una cucharadita de pimentón dulce justo antes de echar el arroz.
7. Alcachofas en Escabeche Caseras

Olvídate de las de bote. Hacer tus propias alcachofas en escabeche es un viaje de ida. Quedan tiernas, sabrosas y con el punto justo de acidez. Son perfectas para añadir a ensaladas, tablas de antipastos, bocadillos o simplemente para disfrutarlas solas como aperitivo.
Ingredientes:
- 1 kg de alcachofas pequeñas y tiernas
- 1 taza de agua
- 1 taza de vinagre de vino blanco
- 1/2 taza de aceite de oliva virgen extra
- 4 dientes de ajo, laminados
- 1 cucharadita de granos de pimienta negra
- 2 hojas de laurel
- 1 cucharadita de sal
Instrucciones:
- Limpia muy bien las alcachofas. Quítales las hojas exteriores, el tallo y las puntas hasta quedarte solo con los corazones tiernos. Si son muy pequeñas, puedes dejarlas enteras; si no, córtalas en mitades o cuartos. Ponlas en agua con limón.
- Cuece los corazones de alcachofa en agua con sal durante 10 minutos para que se ablanden un poco. Escúrrelas bien.
- En una cazuela, combina el agua, el vinagre, el aceite de oliva, el ajo laminado, los granos de pimienta, las hojas de laurel y la sal. Lleva la mezcla a ebullición.
- Añade los corazones de alcachofa precocidos al líquido del escabeche. Baja el fuego y deja que hierva todo junto a fuego lento durante 10-15 minutos.
- Retira del fuego y deja que las alcachofas se enfríen completamente dentro del líquido del escabeche. Esto es crucial para que absorban todo el sabor.
- Una vez frías, pásalas a un frasco de cristal esterilizado junto con el líquido y los aromáticos. Guárdalas en la nevera. Estarán más ricas si las dejas reposar al menos 24 horas antes de consumirlas.
Pro Tip: ¡Personaliza tu escabeche! Añade otras especias como semillas de mostaza, una ramita de romero o una guindilla para darle un toque picante.
8. Pizza Blanca con Alcachofas y Espinacas

Esta pizza es elegante, deliciosa y una fantástica alternativa a la clásica pizza con base de tomate. La combinación del dip de alcachofas y espinacas como base, junto con más queso por encima, es simplemente espectacular. Perfecta para una noche de pizza diferente.
Ingredientes:
- 1 base de pizza (casera o comprada)
- 1 taza del dip de alcachofas y espinacas (receta #5)
- 1 taza de queso mozzarella rallado
- 1/2 taza de corazones de alcachofa en conserva, escurridos y en cuartos
- Un puñado de espinacas frescas
- Queso parmesano rallado al gusto
- Un chorrito de aceite de oliva
Instrucciones:
- Precalienta tu horno a la temperatura más alta que alcance (normalmente 240-250°C o 475-500°F), con la bandeja o piedra de pizza dentro.
- Extiende la base de pizza sobre una superficie enharinada o papel de horno.
- En lugar de salsa de tomate, extiende una capa generosa del dip de alcachofas y espinacas por toda la base, dejando un pequeño borde libre.
- Esparce la mitad del queso mozzarella sobre el dip.
- Distribuye los cuartos de alcachofa y las hojas de espinaca fresca por encima.
- Cubre con el resto del queso mozzarella y un poco de parmesano rallado. Rocía con un hilito de aceite de oliva.
- Con cuidado, desliza la pizza sobre la bandeja o piedra caliente en el horno.
- Hornea durante 8-12 minutos, o hasta que la masa esté dorada y crujiente y el queso esté completamente derretido y burbujeante.
Pro Tip: Justo al sacarla del horno, espolvorea unas escamas de pimiento rojo (chile en escamas) por encima para darle un contrapunto picante y vibrante.
9. Frittata de Alcachofas, Patata y Queso de Cabra

Una frittata es como una tortilla al horno, y es la solución perfecta para una comida fácil, un brunch o incluso una cena ligera. Esta combinación de alcachofas tiernas, patata, huevo cremoso y el toque ácido del queso de cabra es ganadora. Se puede comer caliente o a temperatura ambiente.
Ingredientes:
- 6 huevos grandes
- 1/4 taza de leche o nata
- 2 patatas pequeñas, cocidas y en rodajas finas
- 1 lata de corazones de alcachofa, escurridos y en cuartos
- 100g de queso de cabra en rulo, desmenuzado
- 1/2 cebolla, en juliana fina
- Aceite de oliva, sal y pimienta
Instrucciones:
- Precalienta el horno a 190°C (375°F).
- En una sartén apta para horno, calienta un poco de aceite de oliva a fuego medio. Sofríe la cebolla hasta que esté blanda y caramelizada, unos 8-10 minutos.
- Añade las rodajas de patata cocida y los cuartos de alcachofa a la sartén. Saltea todo junto durante un par de minutos para que cojan sabor. Distribúyelos de manera uniforme por la base de la sartén.
- En un bol grande, bate los huevos con la leche, una buena pizca de sal y pimienta negra recién molida.
- Vierte la mezcla de huevo sobre las verduras en la sartén.
- Esparce el queso de cabra desmenuzado por encima.
- Cocina en el fuego durante 2-3 minutos, sin remover, hasta que veas que los bordes empiezan a cuajar.
- Transfiere la sartén al horno y hornea durante 15-20 minutos, hasta que la frittata esté inflada, dorada y completamente cuajada en el centro.
Pro Tip: Sirve la frittata con una ensalada de hojas verdes aliñada con una vinagreta simple. El frescor de la ensalada complementa a la perfección la riqueza de la frittata.
10. Ensalada Tibia de Lentejas con Alcachofas Asadas

Esta no es una ensalada cualquiera. Es una comida completa, robusta y llena de texturas y sabores. La combinación de las lentejas terrosas, las alcachofas asadas y caramelizadas y una vinagreta brillante la convierten en un plato memorable, perfecto para el almuerzo o una cena ligera.
Ingredientes:
- 1 lata de lentejas cocidas (unos 400g), enjuagadas y escurridas
- 1 lata de corazones de alcachofa, en cuartos
- 1 pimiento rojo, asado y en tiras
- 1/4 de cebolla roja, en juliana muy fina
- Un puñado de perejil fresco, picado
- Queso feta desmenuzado (opcional)
- Para la vinagreta: 4 cucharadas de aceite de oliva, 2 cucharadas de zumo de limón, 1 cucharadita de mostaza de Dijon, sal y pimienta.
Instrucciones:
- Precalienta el horno o la freidora de aire a 200°C (400°F).
- Seca muy bien los cuartos de alcachofa. Mézclalos con una cucharada de aceite, sal y pimienta. Ásalos durante 15-20 minutos (10-12 en freidora de aire), hasta que estén dorados y con los bordes crujientes.
- Mientras, prepara la vinagreta. En un frasco pequeño o un bol, mezcla el aceite de oliva, el zumo de limón, la mostaza, la sal y la pimienta. Agita o bate bien hasta que emulsione.
- En un bol grande, combina las lentejas escurridas, las tiras de pimiento asado, la cebolla roja y el perejil picado.
- Añade las alcachofas asadas calientes directamente del horno al bol. El calor de las alcachofas hará que el resto de los ingredientes se templen ligeramente y absorban mejor los sabores.
- Vierte la vinagreta por encima y remueve suavemente para combinar todo.
- Si lo usas, espolvorea el queso feta por encima justo antes de servir.
Pro Tip: Para un extra de proteína y un toque crujiente, añade un puñado de nueces o almendras tostadas a la ensalada.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
1. ¿Cómo limpio y preparo una alcachofa fresca? Es más fácil de lo que parece. Primero, corta el tallo (puedes pelarlo y cocinarlo, ¡está rico!) y la punta superior de la alcachofa. Luego, arranca las hojas exteriores más duras y oscuras. Con unas tijeras, corta las puntas afiladas de las hojas restantes. Finalmente, córtala por la mitad y usa una cuchara para raspar y quitar la “pelusa” o “barba” del centro. ¡Listo!
2. ¿Puedo usar alcachofas de lata o congeladas? ¡Claro que sí! Para recetas como dips, cremas o rellenos, las alcachofas de lata (en agua o aceite) o las congeladas son una opción fantástica y te ahorran mucho tiempo. Simplemente asegúrate de escurrirlas muy bien. Para recetas donde la textura es clave, como a la plancha, las frescas suelen dar mejor resultado.
3. ¿Cómo sé cuándo una alcachofa está cocida? La forma más fácil de saberlo es pinchar la base (el corazón) con la punta de un cuchillo o un tenedor. Si entra con facilidad, sin apenas resistencia, la alcachofa está lista. Otra pista es que puedes arrancar una de las hojas interiores fácilmente.
4. ¿Qué partes de la alcachofa se comen? Del exterior, se come la base carnosa de las hojas (la parte que se raspa con los dientes). El premio gordo es el corazón, que es la base tierna y carnosa que queda después de quitar todas las hojas y la pelusa. Si el tallo es tierno, también se puede pelar y comer.
5. ¿Cómo evito que las alcachofas se pongan negras al cortarlas? Las alcachofas se oxidan muy rápido. Para evitarlo, ten preparado un bol con agua fría y el zumo de un limón (o un buen chorro de vinagre). A medida que las vayas limpiando y cortando, sumérgelas inmediatamente en esta agua acidulada. También puedes frotar las superficies cortadas con medio limón.
Conclusión
La alcachofa es, sin duda, una de las verduras más especiales y deliciosas que existen. No dejes que su apariencia un poco intimidante te eche para atrás. Como has visto, hay mil y una formas de prepararla, y cada una saca a relucir una faceta diferente de su increíble sabor.
Un último truco para llevar tus platos al siguiente nivel: no tires el agua de cocer las alcachofas (siempre que no esté amarga). Este caldo, lleno de sabor y nutrientes, es una base fantástica para otras sopas, para cocer arroz o incluso para añadir a un guiso. ¡Es la definición perfecta de cocina de aprovechamiento!
